Cada año celebramos el Día de la Misión Claretiana con la alegría de fortalecer la conciencia sobre la universalidad de nuestra Misión y compartirla con quienes trabajamos conjuntamente. Para 2025, queremos centrarnos en el tema: “Las Mujeres: Agentes de Evangelización y Empoderamiento”.

En esta carta introductoria, compartimos algunas reflexiones sobre la relevancia de este enfoque. Las mujeres han sostenido la humanidad en sus manos. Han cuidado, enseñado y resistido en el silencio impuesto por los poderosos. Este mundo debe escuchar su voz profética, reconocer su labor y dejarse transformar por su visión, una visión que puede devolver la esperanza a una humanidad perdida en la vorágine del consumismo y la indiferencia.

Como en el Evangelio, las mujeres deben ser protagonistas, pero no como fruto de una concesión de nadie, sino por el reconocimiento de su dignidad. María, al decir “sí” a Dios, dio inicio al plan definitivo de salvación, cantó la liberación en el Magníficat superando a los profetas anteriores, y sostuvo a la primera comunidad con su esperanza. Isabel creyó en la fuerza transformadora de Dios. Las mujeres permanecieron junto a Jesús en el Calvario y fueron las primeras en proclamar su Resurrección.

En un mundo marcado por la polarización, nuestra misión es trabajar por restaurar las relaciones: con Dios, con los demás y con la Creación. Para ello, necesitamos dejarnos transformar por el Espíritu, que nos invita a reconocer y compartir los dones recibidos, superando las diferencias impuestas. Es momento de dejar atrás los miedos que nos limitan y abrirnos a la riqueza y diversidad del Espíritu, construyendo de forma conjunta una nueva humanidad.