Crisis de Hambre en la Misión Zhomba, Gokwe, Zimbabwe.

Nov 20, 2024 | días internacionales, Noticias de Base JPIC

Los habitantes de la Misión Zhomba en Gokwe, una región que abarca los territorios de tres jefes, Nenyunga, Simuchembo y Madzivazvido, enfrentan una grave crisis de hambre. Ya marginadas económica y socialmente, las aproximadamente 40,000 personas que dependen principalmente de la agricultura han sido devastadas por una sequía prolongada, sin ninguna ayuda alimentaria a la vista.

La temporada agrícola de 2023 fue excepcionalmente difícil. Las lluvias fueron mínimas e irregulares, llegaron tarde y terminaron abruptamente, dejando los cultivos sin el tiempo necesario para madurar. Esto resultó en un fracaso total de las cosechas. Para enero de 2024, el impacto de la sequía severa ya era evidente, con los reservorios de agua secándose y tanto personas como ganado luchando por encontrar agua potable.

En esta situación desesperada, los residentes buscaron ayuda en el gobierno, programas de bienestar social y organizaciones humanitarias. Desafortunadamente, no se han tomado medidas adecuadas para abordar plenamente la crisis. Un obstáculo significativo fue la tardía declaración de la crisis como desastre nacional, lo que retrasó la respuesta de organizaciones benéficas como Caritas. Para empeorar las cosas, la respuesta se complicó con la política partidista, con planes de distribución de ayuda alimentaria anunciados pero no realizados.

Los programas como el de “Comida por Trabajo” inicialmente generaron esperanza, pero aún no se han implementado, dejando a las comunidades desilusionadas. La ayuda limitada de bienestar social se ha visto socavada por la corrupción, beneficiando a unos pocos conectados con líderes locales, mientras la mayoría queda sin asistencia.

En un golpe adicional, se ha obligado a las personas a trabajar en proyectos de carreteras y represas sin alimentos ni compensación adecuada. Muchos residentes mayores, que ya deberían estar retirados, están entre los que trabajan con promesas de una mínima compensación, a menudo solo un pequeño saco de harina de maíz. Esta situación ha puesto a prueba los valores sociales, especialmente el respeto y cuidado hacia los ancianos.

La lucha por sobrevivir también ha llevado a una grave degradación ambiental, ya que muchos recurren a talar árboles para producir carbón y venderlo por comida. Esta deforestación ha dejado la zona más vulnerable a los vientos fuertes, que han destruido numerosas viviendas. Sin alimentos para el ganado, algunos residentes arriesgan sus vidas llevando a sus vacas a pastar en parques naturales, enfrentándose a peligros tanto de guardabosques como de animales salvajes. Trágicamente, algunas personas han perdido la vida en estos intentos desesperados, y muchos animales han muerto por agotamiento y falta de agua.

La crisis se ha convertido en un problema social complejo, aumentando el crimen y los comportamientos violentos en la zona. Muchos jóvenes han emigrado en busca de empleo en otros lugares, con la esperanza de enviar dinero a sus familias. Las familias se están separando a medida que los hombres parten en busca de trabajo, y muchos terminan en condiciones peligrosas y explotadoras, incluida la minería ilegal, que ha tenido un impacto perjudicial en su salud física y psicológica.

El acceso al agua es otro gran desafío. Las personas esperan durante horas para llenar un solo balde y, a veces, deben caminar más de 15 kilómetros durante la noche para obtener agua potable. El poco ganado que queda es frecuentemente robado o se ahoga en el lodo cuando las fuentes de agua se secan. Los residentes acusan a algunos policías locales de estar involucrados en el robo de ganado al emitir documentos de autorización para animales robados. La búsqueda incesante de agua ha dejado a muchos exhaustos y estresados, privándolos de descanso y poniendo en riesgo su salud.

La falta de agua potable representa un grave riesgo para la salud, ya que las personas se ven obligadas a beber agua no segura. La combinación de calor extremo, largas caminatas bajo el sol y descanso insuficiente está pasando factura a su salud. Los ancianos, en particular, enfrentan enormes dificultades mientras luchan a diario por sobrevivir.

Las escuelas locales han recibido recientemente apoyo gubernamental para un programa de alimentación, pero estas han informado que la harina de maíz proporcionada es de mala calidad, y parte de ella está en mal estado. La falta de una nutrición equilibrada significa que incluso la única comida que los niños reciben en la escuela es insuficiente, dejándolos hambrientos durante gran parte del día.

Mirando hacia el futuro, es probable que la crisis de hambre persista, ya que los residentes no tienen semillas para la temporada de siembra de 2024 y carecen de fondos para comprarlas. Existe una frustración generalizada por la falta de equidad en la distribución de la ayuda gubernamental y la ausencia de una plataforma para expresar quejas. Aunque algunas personas han intentado organizar la distribución de alimentos, sus esfuerzos son como una gota en el océano, incapaces de frenar las llamas del hambre que azotan la región. Ahora las personas incluso están extrayendo agua de manantiales profundos en los parques naturales, a pesar de los peligros.

Es urgente proporcionar asistencia alimentaria para devolver la esperanza a la gente de la Misión Zhomba. Además, una inversión en infraestructura hídrica, como pozos, podría ser un salvavidas, permitiendo un futuro sostenible para esta comunidad.

Fr. Nyasha Choga CMF

01/11/2024

Gokwe, Zimbabwe.